¿Desconfianza en el Buen Fin?

Un 45% desconfía de las promociones del Buen Fin, de acuerdo a una encuesta realizada por la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), presidida por Eric Pérez-Grovas, y es la principal causa por lo que la gente no compra en el Buen Fin, cuya edición este año será del 17 al 20 de noviembre.

Atrás quedaron las primeras ediciones en las que en las tiendas departamentales había filas de personas con pantallas e incluso había transmisiones en vivo en televisión de la apertura de las tiendas y las “multitudes” entrando. No nos referimos a hace más de 60 años, como los que tiene el Black Friday, sino de los 12 que apenas va a cumplir su versión mexicana.

¿Qué ha pasado? Primero, y la encuesta lo releva, que los consumidores se han percatado que muchas ofertas no son tan atractivas, que abunda el reetiquetado -incluso con precios que aún con el descuento el producto es más caro que previo al reetiquetado-, y las promociones de meses sin intereses en tarjetas. Sumado a ello, el sorteo del Buen Fin a cargo del Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha pasado desapercibido, máxime con un gobierno que ha retomado las campañas de incentivar el ahorro y el cuidado del aguinaldo, en lugar de fomentar el consumo.

En segundo lugar, hubo un aumento exponencial del comercio on-line, sobre todo en el periodo de pandemia, por lo que los consumidores han accedido a opciones en Estados Unidos como el ya mencionado Black Friday, el Cyber Monday, el Prime Amazon, y otras opciones de plataformas o comercios con ofertas más atractivas y, por qué no decirlo, reales.

La pérdida de interés en el Buen Fin se refleja en dinero. La edición del 2022 dejó una derrama estimada de 134 mil millones de pesos, 30% menos que la del año previo. Es cierto que el Buen Fin del año pasado volvió al periodo de cuatro días y no de siete, como se hizo en 2021, pero había la expectativa de mayor afluencia a las tiendas, ya con la gente vacunada y sin la sana distancia. Eso no pasó.

Mucho trabajo tienen que hacer comerciantes y autoridades si quieren rescatar la credibilidad del Buen Fin. La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) podría empezar por dar seguimiento a los precios de electrodomésticos antes y durante las ofertas; y los comercios avalar sus ofertas con esa verificación. Veremos si los resultados económicos de esta edición los lleva a corregir o seguir sobrellevando la decadencia del Buen Fin.

¿Será Milei la esperanza argentina?

A poco menos de 48 horas de que tengan lugar las elecciones presidenciales en Argentina la gran incógnita es si Javier Milei, el favorito en las encuestas, será capaz de obtener los votos necesarios para alzarse con la victoria.

Con un ADN disruptivo muy similar al que llevo a Donald Trump y a Jair Bolsonaro a la presidencia de sus respectivos países, Milei al frente de “La Libertad Avanza”, sorprendió al mundo al erigirse como el gran triunfador de las primarias en Argentina, un país que había sido dominado en gran medida por las fuerzas “Juntos por el Cambio” y “Unión por la Patria”.

Como nunca antes Milei ha logrado convencer a sus conciudadanos de que la Argentina puede regresar a esa época de oro, ya tan lejana, en que llegó a ser considerada como una de las economías más importantes del mundo con un producto interno bruto superior al de Alemania, Francia, Italia y ni que decir de España, dejando atrás a ese 40% de argentinos ubicados debajo de la línea de pobreza y del 10% que prácticamente viven en la indigencia.

Ciertamente sus cuentas son más que alegres y atraviesan por imponer todas las reformas promercado. De concretarse así, según su propio cronograma, en 15 años Argentina alcanzaría el nivel de Francia, en 20 el de Alemania y en 35 el de Estados Unidos. Algo que dadas las circunstancias actuales luce prácticamente imposible pero que sin lugar a dudas ilusiona a una población que durante generaciones no ha visto llegar las “vacas gordas”.

En los últimos días de las campañas todos prometen y del otro lado Patricia Bullrich de “Juntos por el Cambio” no hace la excepción. La candidata que a pasado por todo el espectro político, como ocurre aquí en México con muchos de nuestros políticos, promete orden y como ex ministra de Seguridad ofrece para ello “mano dura”, algo que no convence a muchos de los argentinos que vivieron sus peores momentos bajo dictaduras militares, y eso, pese a que en sus inicios Bullrich perteneció a un grupo guerrillero. En materia económica plantea un liberalismo económico garantizando la libre venta y compra de dólares además de limitar el poder de sindicatos y movimientos sociales.

El tercero en discordia es al actual ministro de economía, Sergio Massa, quien encabeza “Unión por la Patria”. Massa es el candidato de los empresarios, cuenta con buenas credenciales en los altos sectores políticos y sindicalistas, además de mantener una buena relación con Washington. Ofrece estabilidad, una palabra que hace mucho tiempo que los argentinos no han escuchado. Sus números no hablan muy bien de él. Durante su gestión el peso argentino se devaluó 22%, el índice de pobreza llegó a 40% y la inflación alcanzó su máximo en las últimas tres décadas.

Muy a la distancia les siguen Juan Schiaretti de “Hacemos por Nuestro País” y Myriam Bregman del “Frente de Izquierda”, sin posibilidades de llegar más lejos.

Queda latente la posibilidad de una segunda vuelta. De acuerdo a la ley electoral argentina el candidato ganador deberá tener al menos el 45% de los votos o en su defecto el 40% y una diferencia de 10% sobre su más cercano perseguidor, de no satisfacerse esa condición tendríamos una segunda vuelta el 19 de noviembre y ahí sí, el que tenga más votos se convertirá en la nueva o el nuevo presidente.