Diez nombres para Secretaría de Hacienda

Las secretarías de Gobernación y de Hacienda y Crédito Público son las dependencias más relevantes del gabinete, al ser cabezas de los sectores político y económico de la administración pública federal, respectivamente. Es natural que se especulen los nombres de quién podría ocupar la titularidad de una y otra en caso de llegar a la Presidencia Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez. La prioridad en materia económica, es garantizar la estabilidad, gane quien gane y llegue quien llegue.

La primera opción es que se quede Rogelio Ramírez de la O, como un mensaje de continuidad, para que no haya sorpresas como la del error de diciembre de 1994, máxime que las finanzas públicas nuevamente parecen sostenidas con alfileres. En ese sentido, hay versiones de que Ramírez de la O no quiere quedarse, pero difícilmente le dirá que no al presidente López Obrador. Si el tabasqueño ya endosó proyectos, programas y reformas a Claudia Sheinbaum, lo de menos es que haga lo mismo con el secretario de Hacienda, por lo menos para el primer año. 

Entre los nombres que se mencionan que tiene considerados la candidata de Morena, se encuentran, en primer lugar, el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio; el exsubgobernador del Banco de México, Gerardo Esquivel y la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro. En un segundo nivel, se mencionan Jorge Mendoza, director de Banobras y Luz Elena González, actual secretaria de Administración y Finanzas del Gobierno de la Ciudad de México. Difícil que sea alguno de estos dos últimos.

En el lado de la coalición Fuerza y Corazón, la baraja a la que puede recurrir Xóchitl Gálvez es amplia y experimentada, empezando por Carlos Urzúa, el efímero titular de SHCP de AMLO; el excanciller y también exsecretario de Hacienda, José Ángel Gurría e Idelfonso Guajardo, exsecretario de Economía; los tres excelentes economistas; incluso Enrique de la Madrid, un abogado con amplia experiencia en el sector financiero.

El margen para las sorpresas es muy estrecho, por lo que de estos escasos diez nombres saldrá quien se encargue de lograr una transición del poder sin sobresaltos económicos e, importante, con visión a futuro de la economía mexicana.

Las incongruencias de Nicolás Maduro

Una vez más Venezuela está en el vórtice. En las últimas semanas se desataron una serie de acciones un tanto artificiales que harían suponer que el país sudamericano está buscando una salida para evadir los compromisos asumidos en los Acuerdos de Barbados por los que estaba obligado a celebrar elecciones durante el segundo semestre de este año.

Todo comenzó el mes pasado con la denuncia del presidente, Nicolás Maduro, y el fiscal general de la República, Tarek William Saab, de que entre mayo de 2023 y enero de 2024 se habrían gestado cinco diferentes conspiraciones para derrocar al gobierno.

De acuerdo a Maduro, la ultraderecha está detrás del complot en contubernio con el narcotráfico de la vecina Colombia, la CIA y lo que dieron en llamar la extrema derecha miamera, con el propósito de asesinarlo a él, al ministro de defensa, Padrino López; así como a destacadas figuras de la política venezolana. La idea, de acuerdo al mandatario, era sembrar el caos para frenar el proceso de paz, romper la estabilidad e interrumpir la recuperación económica de esa nación.

Hay más de tres decenas de detenidos sin que hasta el momento se hayan presentado pruebas contundentes a las delicadas acusaciones hechas públicas por el mandatario. Apenas la semana pasada fue detenida la defensora de los Derechos Humanos, Rocío San Miguel, cuando pretendía abordar un avión, durante días estuvo desaparecida y solamente gracias a la presión ejercida a través de las redes sociales, las autoridades revelaron que se encontraba en su poder.

No hay que olvidar que en octubre pasado el gobierno y un sector de la oposición firmaron un acuerdo que establecía, sin fijar una fecha, que se realizarían elecciones presidenciales en el segundo semestre del año, lo que facilitó que, en señal de buena voluntad, Estados Unidos flexibilizara algunas de las acciones contra el chavismo, particularmente en lo que se refiere a la colocación del petróleo venezolano en los mercados internacionales, y reanudara su interlocución con el gobierno de Nicolás Maduro, algo que hoy francamente pende de un hilo.

El futuro luce sombrío camino a las elecciones, tras la inhabilitación de María Corina Machado, una de las principales líderes y cabeza visible de la oposición, el autoritarismo parece haber ganado de nuevo la partida y el gobierno de Maduro vuelve a perder legitimidad cada día que pasa.