“¿Qué sentido tiene aliarse con quienes ya le fallaron a México?”, no, no es una frase de un dirigente del PAN respecto a la inutilidad de ir en alianza con un PRD ya prácticamente extinto, y un PRI, que es el partido con el mayor rechazo en las encuestas.
Si a ello se suma que es un partido con dos sexenios de experiencia de gobierno en la Presidencia y que claramente está en las antípodas del populismo con discurso de izquierda del lopezobradorismo, y actualmente con cinco gubernaturas, uno esperaría que en el PAN se tendrían los arrestos para ir solos para las elecciones del 2024.
Pero no. La pregunta se la plantea Dante Delgado en charla con el equipo editorial de Milenio Televisión, transmitida el domingo pasado, al argumentar por qué Movimiento Ciudadano (MC) no se suma a la alianza porque, además, no lograron quitarle la mayoría a Morena en la Cámara de Diputados y perdieron 22 elecciones estatales.
En la conversación con los periodistas queda claro que Dante Delgado es el mejor dirigente que hay de los partidos de oposición, por su diagnóstico político electoral y por su visión estratégica.
Dante dice lo que para todos es evidente: no hay un perfil claro de oposición en 2024, los partidos están impulsando sus propuestas aunque no sean competitivas. No es un riesgo, sino una seguridad, de que López Obrador va a utilizar todos los recursos que tiene para que continúe Morena en el poder, y prepara no sólo un dedazo a favor de Claudia Sheinbaum, sino un albazo en caso de no tener resultados favorables.
Con este escenario, el senador veracruzano habla de las “corcholatas” de AMLO: Sheinbaum es una funcionaria bastante mediocre, el secretario de Gobernación un incompetente, dice, pero se cuida cuando le preguntan del canciller: “Hace política exterior”.
De hecho, se refiere a Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal en buenos términos: “si no fuera por servidores de este nivel, el gobierno sería un desastre”. Obviamente Dante niega que haya hablado con ellos de ser candidatos por MC.
Pero es en Ebrard y Monreal en quienes tiene su apuesta Movimiento Ciudadano. El partido naranja tiene varias ventajas respecto a la alianza opositora: ambos políticos en algún momento de su carrera política, fueron acogidos por MC y, por estatutos, el partido tiene la obligación de llevar al menos 50% de las candidaturas provenientes de la sociedad, sin militancia alguna.
Es decir, hay relación cercana entre MC y esos dos políticos, y es el único partido que les puede dar margen considerable para colocar en candidaturas a quienes vayan con ellos.
Y no sería lo mismo que PAN, PRI y PRD busquen a Ebrard y/o Monreal solos, que siendo éstos ya candidatos de MC, con mayor margen de operación electoral y con sus afines en candidaturas naranjas.
Sólo como remate, ¿y Veracruz? No hay que descartar que Dante Delgado vaya como candidato por su partido en aquel estado del que fue gobernador interino.
Cabotaje: ¿Y la soberanía aérea?
Como si no fueran suficientes los problemas que enfrenta la industria aérea nacional, una de las más afectadas durante la pandemia de Covid-19, y la posterior perdida de la Categoría 1 que nos colocó en segunda división en materia de competitividad, una nueva amenaza se cierne sobre las empresas del país quienes habían encontrado un puerto seguro en el protegido mercado del cabotaje, mismo que ahora está amenazado por las propias autoridades federales quienes ya enviaron una iniciativa presidencial al congreso, para que se abra el espacio a transnacionales, quienes antes que terminemos de narrarlo habrán arrasado con las mexicanas.
El cabotaje aéreo no es otra cosa que el transporte entre dos puntos de le República de pasajeros, carga, correo o cualquier variante que se registre entre estos. La propuesta enviada por el presidente de modificar el artículo 17 Bis de la Ley de Aviación Civil, que prohíbe las prácticas de cabotaje por empresas permisionarias extranjeras en territorio nacional, es prácticamente una ofrenda a las empresas provenientes del exterior, ya que les da acceso al mercado nacional, sin que sus países de origen otorguen la misma reciprocidad a las compañías mexicanas.
El argumento es incentivar la competitividad y la conectividad en beneficio de los usuarios quienes se beneficiarían con costos reducidos.
Caracterizada por el “profundo” nivel de conocimiento con el que la 4T toma sus decisiones, no se tomó en cuenta durante el análisis el hecho que muchas de las empresas internacionales que participarían en este lucrativo negocio cuentan con incentivos en sus países que las han mantenido sólidas durante estos meses complicados mientras que desde el inicio de la pandemia nuestras autoridades dejaron en el absoluto desamparo a las empresas nacionales, quienes hoy, meses después, siguen buscando la mejor manera de sobrevivir.
Sin importar las afectaciones que pudieran sufrir terceros, la iniciativa presidencial no es otra cosa que una maniobra para encontrarle una utilidad al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, que a prácticamente nueve meses de su inauguración sigue estando subutilizado por el pasaje y se se piensa que la carga sería una alternativa para una estación aérea que hoy genera por mucho más gastos que ingresos.
Ya se creo un frente por la Defensa de la Aviación Nacional en donde participan colegios y sindicatos de la industria quienes piden hacer un análisis concienzudo de las implicaciones que estos cambios a la ley podrían traer. Por experiencia sabemos que las decisiones del presidente, Andrés Manuel López Obrador, son incontrovertibles.
Por último se realizaran algunas mesas, sin efectos vinculantes, para simular que se escucha al sector. Al final los legisladores del partido oficial levantaran la mano hacia el lado donde el mandatario les señale, total, que la soberanía aérea quede en el aire.