La salida de Jorge Arganis Díaz Leal de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), era un movimiento del que se hablaba desde el año pasado, mencionándose entre los posibles relevos, además del subsecretario de Infraestructura, Jorge Nuño Lara, hoy encargado de despacho, a los gobernadores salientes de Oaxaca, Alejandro Murat, y de Quintana Roo, Carlos Joaquín González.
Se dice temporal la salida del ingeniero Arganis, aunque realmente será definitiva cuando concluya su gubernatura el quintanarroense Carlos Joaquín, quien todo indica será el nuevo titular, a partir de octubre, luego de que concluya su periodo de gobierno el 24 de septiembre.
El utópico tercer paquete de infraestructura
Como si se tratara de un espejismo que una vez alcanzado se proyecta metros más adelante, el empresariado mexicano busca respuestas sobre el tercer paquete de infraestructura ofrecido por la administración de Andrés Manuel López Obrador, una promesa que se puso sobre la mesa a inicios del año pasado y cuya espera podría prolongarse aún más.
Pretextos para posponer la decisión ha habido muchos, quizá el más socorrido ha sido el de la pandemia de covid-19, aunque también estuvo la sucesión en el Consejo Coordinador Empresarial hace ya más de seis meses. Ahora el gobierno federal argumenta que se encuentra analizando los avances en las obras contenidas en el primero y segundo paquetes en una operación para la que no hay un plazo definido pero que para el presidente del CCE, Francisco Cervantes, pudiera ocurrir en las próximas semanas, allanando así el camino para la presentación del tercer paquete este mismo año, ya que dice en el sector privado hay interés en su liberación porque se encuentran obras prioritarias, en particular en el sector aeroportuario.
Hay que recordar que el primer paquete de infraestructura se presentó a inicios de octubre del 2020 por 297 mil millones de pesos; el segundo dos meses más tarde por un total de 228 mil millones de pesos; se trataba de 68 proyectos financiados por el sector privado que generarían 400 mil puestos de trabajo. En ese momento nadie imaginaba la paralización que sufriría la economía a nivel mundial, causada por la pandemia.
Hoy pese a la inflación y la amenaza de recesión, las condiciones son distintas, pero también las prioridades son otras. Ya en la recta final de su mandato al presidente las únicas obras de infraestructura que le interesan, son las que forman parte de su proyecto, las ya conocidas que han demostrado ser un pozo sin fondo, como son la refinería Olmeca, el Tren Maya o El Tren México-Toluca, así que por más echados que estén para delante los empresarios tendrán que esforzarse un poco más para convencer al mandatario de que la inversión privada es la única opción para el crecimiento en el sureste del país y el desarrollo del corredor Transístmico.
Seguramente de eso habló Cervantes con el presidente en su reunión celebrada el martes en un encuentro en el que también estuvo presente Antonio del Valle presidente del Consejo Mexicano de Negocios (CMN).
Buenas nuevas para el vino
Por primera vez, la Organización Internacional de la Viña y el Vino, presidida por el italiano Luigi Moio y con sede en París, designó a México sede del 43 Congreso Mundial de la Viña y el Vino 2022 y a Baja California como entidad anfitriona de la Asamblea Nacional de la Organización, a realizarse del 3 de octubre al 4 de noviembre próximo.
Sin duda es una gran noticia para impulsar a la industria vitivinícola mexicana que data desde 1593, con la primera bodega en Parras, Coahuila, y que hoy cuenta con 14 estados productores de vid; seis rutas enológicas reconocidas a nivel internacional, de las cuales destaca el Valle de Guadalupe, en Ensenada. Asimismo, nuestro país cuenta con 82 variedades de uva registradas en el Catálogo Nacional de Variedades Vegetales del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS) y muchas más están en proceso de validación.
Actualmente, el 5% de la producción nacional se comercializa a Estados Unidos, Francia, Inglaterra, España y países árabes, con una ampliación a Canadá y China, y se tiene el objetivo de aumentar a 10% la exportación en cinco años. En México hay un consumo promedio de 1.2 litros de vino anuales por mexicano, todavía lejos de los 25.2 litros per cápita de Argentina, o los 15.7 de los chilenos, pero ya superiores al medio litro de hace unas décadas.
Se espera que al Congreso Mundial de la Viña y el Vino 2022 asistan más de mil 500 invitados nacionales e internacionales, científicos, investigadores, especialistas, productores y agroindustriales. Cabe señalar que en este Congreso los vinos mexicanos han recibido alrededor de mil 500 medallas y distintivos por su calidad.
Ojalá también este evento sea oportunidad para poner atención en el rescate de las tierras cultivables del Valle de Guadalupe, en el municipio de Ensenada, Baja California, el cual, debido a su belleza y fama por sus vinos, ha sufrido un desorden de uso de suelo y depredación ecológica, proliferando residencias, antros, espacios de conciertos, restaurantes y hoteles, los cuales podrían dar al traste con el lugar donde se produce el 75% de los vinos mexicanos.