México y el concepto de la migración 

Cada vez es más común que una sociedad esté habituada a la migración, ya sea como país expulsor de ciudadanos, o como receptor, con todos los problemas que ello significa. México, sin embargo, siendo paso natural para Estados Unidos, no ha tenido en su memoria reciente un fenómeno de esta índole, sino hasta ahora, cuando ante el flujo insostenible de centro y sudamericanos, caribeños, africanos y asiáticos se ha desbordado y comienza a ser un tema de preocupación para todos, menos para el gobierno en turno.

Pero más allá de las instancias y los programas migratorios -temporales o permanentes- oficiales, vale la pena revisar la disposición de la gente para recibir a estos migrantes que, como suele suceder, viajan en condiciones muy precarias y requieren de servicios mínimos humanitarios para ser recibidos; además de “aceptados” en las diferentes comunidades, del sur, del norte, del centro.

Basta recordar la situación de los millones de mexicanos que viven en Estados Unidos y que acuden a la red consular más grande entre naciones. Cincuenta consulados con vocación de asistencia y protección que dan servicio a todos ellos y que no se dan abasto ante la creciente demanda.

Recientemente, el gobierno de México ha impulsado la idea de reformar el status de la COMAR (Comisión Mexicana de Ayuda para Refugiados), desapareciéndola e integrando sus funciones a la Secretaría de Gobernación, minimizando el tamaño del problema y menospreciando la importancia del fenómeno y de la magnitud de su impacto en la sociedad mexicana.

Otra vez, revisemos cuál es el sentimiento que provoca la migración de gente en condiciones desesperadas y hagamos la reflexión de lo que estamos dispuestos a aceptar y a permitir. Hasta que no se haga un estudio amplio de la cantidad y la calidad de estos seres humanos, de sus intenciones y su posibilidad de integrarse a la fuerza laboral y a la vida cotidiana, no sabremos a qué nos estamos enfrentando.

México tiene una tradición hospitalaria, pero no hemos visto todavía la parte más dramática de la migración, ni siquiera la hemos padecido, como ha sucedido en muchos países en donde ha significado un reto y a derivado en conflictos y enfrentamientos sociales que han encontrado el perfecto caldo de cultivo ante regímenes de ultra derecha, tanto como en los populistas. 

Un tema que sin duda deberían estar considerando en sus programas de gobierno los candidatos presidenciales y sus equipos de campaña. 

Superbowl y guacamole, un maridaje en crecimiento

Este domingo se habrá de celebrar en Las Vegas, Nevada, el súper tazón número LVIII, el evento deportivo más relevante de la Unión Americana, que año con año se caracteriza no solo por su alto nivel atlético, sino por romper diversos récords que pueden ir desde el costo de las entradas, hasta el número de espectadores que habrán atestiguarlo a través de todo tipo de medios electrónicos.

Viajar al superbowl es algo a lo que no todos pueden acceder; al costo en transportes, alojamiento y comidas hay que agregar las entradas que este año oscilan entre los 8 mil 188 y los 12 mil 932 dólares, una cantidad que supera en 85% los costos de la edición 2023. Muy lejano quedó aquel súper tazón de 1967 celebrado en el Memorial Coliseum de Los Ángeles, antes de que se fusionaron ambas ligas, cuando el boleto más caro tuvo un valor de 120 dólares. 

Además de los 65 mil espectadores que estarán presentes en el Allegrant Stadium se estima que 110 millones de personas verán el encuentro entre los Kansas City Chiefs y los San Francisco 49ers desde sus hogares. Las apuestas habrán de estar a la orden del día. Según la American Gaming Association, en Estados Unidos 68 millones de adultos planean apostar a favor de su equipo favorito (legal e ilegalmente) generando un monto que superaría los 23 mil millones de dólares frente a los 16 mil del año precedente.

El aguacate mexicano también habrá de romper un nuevo récord. Se estima que los estadounidenses habrán de consumir un mínimo de 130 mil toneladas, todas ellas procedentes de Jalisco y Michoacán, los únicos estados certificados para exportar el llamado oro verde.

Una de las empresas comercializadoras que mayor éxito ha alcanzado en la última década es Avocados From México, la cual creo con productores mexicanos y distribuidores en la Unión Americana una organización de marketing sin fines de lucro para difundir las bondades del aguacate Has,s lo cual ha generado grandes beneficios en ambos lados de la frontera. 

El fenómeno del aguacate mexicano sigue siendo un misterio y como se fue posicionando entre los aficionados al futbol americano, quienes tienen perfectamente amalgamado el guacamole con el deporte de las tacleadas.