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México y EU, una agenda migratoria que no acaba de encajar

by El Consejero
PIB de México crece en todos sus componentes durante el tercer trimestre de 2023

El gobernador de Texas Greg Abbott está enojado. Apenas el lunes, la Suprema Corte de Justicia autorizó a los agentes de la patrulla fronteriza eliminar, o en su caso hacer los cortes que considere necesarios, a la valla de alambre instalada en la frontera con nuestro país para desalentar a los miles de migrantes que buscan atravesar el río Bravo para introducirse de manera ilegal a la Unión Americana.

La determinación de la Corte deja un sabor agridulce a Joe Biden, quien se apuntó un triunfo a medias, ya que la medida se sumará sin duda alguna a la cresta de la ola electoral que no será desaprovechada por el partido republicano, el cual se da por descontado utilizará la narrativa antiinmigrante para seguir descalificando el trabajo del presidente, quien así ve comprometida su posible reelección.

A principios de diciembre, durante una entrevista a la cadena de televisión Fox, Donald Trump aseguró que, de repetir en la presidencia, sería dictador solo un día, tiempo suficiente para cerrar la frontera, lo que marca una clara agenda en la relación con México en caso de que efectivamente volviera a encabezar al Ejecutivo de su país. Él mismo se encargó de desenterrar un secreto que había sido guardado celosamente por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador: que tras sus amenazas de aplicar aranceles en caso de no frenar el flujo de indocumentados, éste le facilitó gratis 28 mil militares que en lugar de enfocar sus esfuerzos en brindar seguridad a los mexicanos se dedicaron a impedir el paso de los extranjeros.

El viernes pasado se reunieron autoridades de ambos países para firmar una serie de compromisos cuyo alcance dependerá de que Biden logre consolidarse en el poder. Entre otras cosas, llaman a una reunión trilateral en la que se incluiría a Guatemala; homologar las cifras migratorias; el combate coordinado en contra de las redes de trata y tráfico de personas mismo que se ha convertido en una floreciente industria; investigar las denuncias hechas por la Sedena sobre el aseguramiento en nuestro país de armas de uso exclusivo del ejercito estadounidense; y el reforzamiento de la red consular en Texas para dar mayor protección a nuestros paisanos.

Ayer el presidente que gusta de no meterse en los asuntos de terceros países se atrevió a hablar del proceso electoral en Estados Unidos, “nada más para información general”, el Palacio Nacional en pleno haciendo las veces de la desaparecida Notimex. DeSantis, señaló, pudo haber levantado el vuelo, pero se metió con una campaña antinmigrante. Difícil manipular desde este lado de la frontera al electorado estadounidense, a ver si no le sale el tiro por la culata.

Sigue alta tasa de homicidios

En el primer semestre de 2023, se registraron 15 mil 82 homicidios en México, con una tasa de 12 homicidios por cada 100 mil habitantes, un promedio de 83 asesinatos al día, de acuerdo a estadísticas preliminares del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Después de los picos de 2018 a 2021 -con una tasa de 13 homicidios por cada 100 mil habitantes registrado entre enero y junio de 2020-, la tasa de homicidios tiene una tendencia a la baja, pero se mantiene muy alta, tan es así que este dato de 2023 es el mayor registrado por el INEGI para el primer semestre desde 1990.

Cabe señalar que la tasa del semestre no es la misma del año. La tasa de homicidios de 2020 fue de 28.8 y la más alta del sexenio de 29 en 2019. La tasa anual más alta registrada desde que se lleva registro es de 2018 con 29.3, el último año del sexenio de Peña Nieto. Como referencia, la tasa más alta en el sexenio de Felipe Calderón, el de la guerra contra el narco, fue de 24 homicidios por cada 100 mil habitantes en el año 2011. 

71.3% de los homicidios fueron cometidos con armas de fuego, lo cual refiere un móvil más probablemente ligado a delincuencia que a violencia doméstica, sea por robo, narcomenudeo, delincuencia organizada, entre otros. Por sexo de la víctima, 88% fueron hombres, 11% mujeres, con tasas de 21 y 2.6 homicidios por cada 100 mil habiantes respectivamente.

El sexenio llega a su último año y la tendencia a la baja se ve más circunstancial que al resultado de políticas de gobierno para disminuir los homicidios. Es decir, los homicidas matan por múltiples factores, ninguno de ellos es que busquen un récord estadístico. Y las autoridades federales y locales presumen las disminuciones de la violencia como logro propio, pero no saben explicar las razones concretas de ello, como un incremento significativo del número de aprehensiones por homicidio, lo cual sería una excelente referencia. Es decir, hasta en eso, dependemos más de los criminales que de las autoridades.

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