Trump enfrenta su primera prueba electoral tras la sentencia en el juicio

Donald Trump, enfrentando las repercusiones de su reciente condena en un juicio penal en Nueva York, ha solicitado a un juez que levante la orden de silencio que le fue impuesta durante el proceso judicial, convirtiéndose así en el primer expresidente de Estados Unidos en ser condenado.

Esta solicitud fue hecha pública mediante un comunicado difundido el martes.

Desafío judicial y multa impuesta

El juez Juan Merchan impuso inicialmente una orden de silencio limitada antes del inicio del juicio, restringiendo a Trump la posibilidad de realizar comentarios públicos sobre los miembros del jurado, testigos, fiscales y personal del tribunal.

Esta restricción se amplió posteriormente para incluir a su propia familia y la del fiscal.

En respuesta a múltiples violaciones de esta orden, Trump fue multado con 10.000 dólares por el tribunal de Manhattan, y se le advirtió sobre la posibilidad de enfrentar consecuencias más graves, como la cárcel, por desobedecer abiertamente la decisión del juez.

Provocaciones anteriores y veredicto del jurado

Antes de que se impusiera la orden de silencio, el expresidente Trump había dirigido ataques repetidos a posibles testigos y fiscales a través de publicaciones en su plataforma Truth Social.

La semana pasada, los miembros del jurado declararon a Trump culpable de falsificar registros empresariales para encubrir un escándalo sexual durante las etapas finales de la campaña presidencial de 2016. Este veredicto histórico ha dejado a Trump, quien busca la reelección en las elecciones de noviembre, a la espera de su sentencia, programada para el 11 de julio.

Solicitud de levantamiento de restricciones

El abogado de Trump, Todd Blanche, envió una carta al jurado el lunes, solicitando a Merchan que “ponga fin a la orden de silencio que restringe las declaraciones extrajudiciales del presidente Trump”. Blanche hizo referencia a los comentarios del presidente demócrata Joe Biden, quien por primera vez calificó a Trump como un “criminal convicto” que busca regresar a la Casa Blanca.

Este inesperado giro en la campaña ha generado un nuevo debate sobre los límites y las implicaciones legales de la retórica política en el ámbito judicial.