Este último fin de semana fui turista en mi ciudad adoptiva, donde por muchas razones siempre son las vacaciones o el turismo más sostenible que puedes planear, porque desde la huella en traslados que evitas de vuelos o carreteras, hasta el mismo concepto de planear y consumir localmente. Para dejarlo claro puede sonar algo muy sencillo, pero si haces la correcta investigación lo puedes enriquecer mucho visitando puntos de interés relevantes en lo histórico, social y ambiental, donde obviamente en ciudades como Ciudad de México, tienes muchísimo por aprender.
De la misma manera en ciudades pequeñas o medianas como San Luis Potosí, donde estuve en Semana Santa, te encuentras joyas en la ciudad como el Parque Tangamanga. El cual, al contar una riqueza de flora y fauna tales, se ha convertido en los pulmones de la ciudad.
Si haces la tarea de investigar más de la zona o una simple búsqueda y lectura antes de hacer tu recorrido, te abre mucho más las posibilidades de aprender y conectar de manera sostenible en tu visita. Combinar en tus planes de viaje, desde actividades como aprender a reforestar en diferentes zonas, temporadas y con la variedad correcta como lo organizamos y aprendí muchísimo con Pro Cuenca en la zona de Valle de Bravo hace unas semanas, puedes aplicar lo mismo a nivel de tu casa, colonia o parque.
Foto la orquesta mx (Parque Tangamanga)
Donde si ya hicieron el gran esfuerzo de plan. ear plantar árboles, es igual de importante organizar e investigar qué tipo de especies son nativas de la zona, para incrementar las posibilidades de sobrevivencia de los árboles que se planten.
En ese sentido tengo experiencias increíbles; por ejemplo, con la ONG, “Reforestación Extrema, A.C.” en Monterrey, NL, donde se han especializado en la reforestación tan necesaria dentro de la ciudad, a la cual, a veces nos olvidamos de lo importante que es incluirla en los planes de desarrollo sostenible de las ciudades.
Volviendo al caso CDMX y hacer turismo sostenible, realmente conocer más tu ciudad; este pasado fin de semana estuve en la zona de Xochimilco, donde existe una riqueza de siglos, que se puede aprender desde lo básico: “Xochimilco”, palabra es de origen náhuatl, es un topónimo, se integra de las palabras xōchi- (flor); mīl- (milpa, campo cultivado); y -co (locativo). Por lo tanto, se puede traducir como “Lugar en la sementera de las flores” o “Milpa de flores”, aunque la traducción más cercana es “Chinampas de Flores”.
Al estudiar más de la zona fue enriquecedor resaltar los siguientes párrafos de lo más relevante de la cultura y los orígenes de Xochimilco que se remontan al Período Preclásico mesoamericano cuando sus riberas e islas fueron la casa de una gran diversidad de pueblos.
Actualmente, 14 pueblos originarios conservan muchos rasgos de su cultura tradicional y herencia indígena, en medio de una de las ciudades más grandes y pobladas del planeta, la Unesco proclamó las chinampas de Xochimilco como patrimonio cultural de la Humanidad en 1987, y ha estado en peligro de perderse debido al deterioro del medio ambiente y avance de la urbanización.
Las montañas del sur y la zona lacustre del centro forman parte de la mayor reserva natural de CDMX, tiene particular importancia por la existencia de las chinampas, que podrían ser un blindaje para aún mayor afectación en la zona y tienen origen en una técnica agrícola mesoamericana que fue desarrollada y compartida por varios pueblos del Valle de México.
Dentro de la riqueza de fauna, fue sorprendente presenciar y visitar el museo del ajolote, que es una especie representativa de la zona, pero que se encuentra en peligro de extinción. Se extinguió en su hábitat natural y se han hecho muchos esfuerzos de repoblar, en la misma zona donde existió siempre en abundancia. En náhuatl su nombre, axolotl: “monstruo acuático” y es muy apreciado como alimento nutritivo, además se aprovecha con fines terapéuticos para problemas respiratorios como asma y bronquitis, donde la fama de tantas bondades y beneficios, le han atraído la explotación irracional.
Los xochimilcas en muchos sentidos, fueron innovadores, y se les atribuye la invención de las chinampas, aunque con algo de controversia, se ha mencionado, que es una técnica desarrollada con mucha anterioridad y cuya mejor expresión se alcanzó entre los siglos XI y XIV gracias a los pueblos nahuatlacas. Dejando el crédito del inventor a un lado, es impresionante ver los mapas de ciudad y hablando de movilidad sostenible, Xochimilco mantenía un intenso comercio con la ciudad de México y también era el paso de las trajineras que se dirigían desde los pueblos más orientales de los lagos hacia la capital novohispana.
Foto Matador Network (Xochimilco)
Es increíble estudiar, conocer y visitar tantos tesoros locales que tenemos en México, con una producción de hortalizas, que ha generado esta tradición de cultivo; con el mercado de plantas de ornato, árboles y todo lo relacionado con la jardinería, que tiene decenas de fiestas representativas, sus habitantes viven una cultura rica en costumbres que valoran y sobre todo respetan. Es triste reconocer que muchas veces estamos más preocupados por visitar, conocer y muchas veces apoyar obras fuera de México, cuando tenemos tanto por apoyar localmente.
Tangamanga en San Luis Potosí, reforestación de Pro-cuenca en Monte Alto en Valle de Bravo, fauna y flora de Xochimilco: son solo algunas de las joyas que nuestro país nos regala para descubrir en todos sus rincones el tesoro del turismo sostenible, lúdico y enriquecedor.
Te invito con estas reflexiones a ser un turista sostenible en tu ciudad y país, pero sobre todo que lo visites con ojos de buscar cómo ayudar a dejar un mejor lugar del que conocimos, ¡¡¡Eso realmente será y hará un turista ciudadano sostenible!!!
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