Shein, el gigante del comercio electrónico con sede en Singapur y fundado en China, se está preparando para una importante oferta pública inicial (OPI) en Nueva York en 2024.
A pesar de su éxito y crecimiento exponencial, la compañía enfrenta serios cuestionamientos sobre su cadena de suministro.
Legisladores estadounidenses han expresado preocupaciones sobre el uso potencial de trabajo forzoso en la producción de sus productos económicos, como camisetas de 5 dólares y suéteres de 10 dólares. Estas preocupaciones han llevado a un llamado bipartidista para que la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC) realice una auditoría exhaustiva antes de permitir la OPI de Shein.
La empresa, que ha experimentado un crecimiento impresionante en la última década, se ha visto disuadida de una OPI en los EE. UU. durante al menos tres años debido a las tensiones entre Beijing y Washington, y ahora enfrenta la posibilidad de un escrutinio aún mayor.
Un aspecto crucial de este escrutinio es el temor a que Shein utilice fabricantes en la región china de Xinjiang, donde se han denunciado prácticas de trabajo forzoso, algo que Beijing niega.
Desafíos en el horizonte y esfuerzos de Lobby
Un obstáculo regulatorio importante para Shein será convencer a los reguladores y al público estadounidense de que su cadena de suministro está libre de trabajo forzoso. A esto se suma el desafío adicional de las acusaciones de violaciones de propiedad intelectual y el uso de un vacío legal comercial que permite que la mayoría de sus productos ingresen a los Estados Unidos libres de impuestos.
Para abordar estos desafíos, Shein ha intensificado su lobby en el Capitolio, gastando 1,28 millones de dólares en cabildeo este año y reuniéndose en privado con legisladores, incluidos algunos de sus críticos más acérrimos.
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La empresa ha destacado sus esfuerzos para diversificar su cadena de suministro fuera de China, en lugares como la India, y ha promovido el transporte de más productos fabricados en China a EE. UU. en buques portacontenedores tradicionales, lo que implicaría pagar aranceles sobre esos artículos.
Rumbo a la transparencia y el mayor escrutinio
En su informe de impacto social más reciente, Shein destacó su asociación con Oritain, una empresa utilizada también por el gobierno de EE. UU. para probar vínculos de algodón con Xinjiang. Aunque Oritain encontró que solo el 1,7% de los productos de Shein dieron positivo en algodón de regiones no aprobadas, los críticos argumentan que las pruebas no son suficientemente exhaustivas para los millones de prendas que Shein exporta anualmente.
El manejo de la OPI de Shein por parte de la SEC será crucial, no solo para la empresa sino también para otros actores del comercio electrónico que consideren cotizar en bolsa en EE. UU. en el futuro.
La forma en que la SEC aborde las cuestiones relacionadas con Shein podría establecer un precedente para todas las empresas con sede en China o relacionadas con China que deseen cotizar en la bolsa estadounidense.
El camino hacia la OPI de Shein está lleno de desafíos y oportunidades.
A medida que la empresa trabaja para superar las preocupaciones regulatorias y de reputación, su evolución y adaptación en este proceso serán observadas de cerca por inversores, reguladores y el público en general.
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