Muchos colaboradores se enfrentan a diversos factores que les impiden mantener un alto desempeño en la organización. Es decir, les resulta complicado mantener el enfoque y la concentración en las actividades cotidianas.
De acuerdo con Nora Taboada, coach ejecutiva y fundadora de AFE-Liderazgo Consciente, el alto desempeño es la suma de diversos factores.
“Una persona con alto desempeño es capaz de concentrarse en lo importante, organizarse y tener la suficiente perseverancia para alcanzar sus metas a corto y largo plazo”, refiere Taboada.
Asimismo, la especialista destacó que el hábito de la procrastinación, que consiste en posponer actividades importantes cada que es posible, aleja a las personas de sus metas y objetivos a corto y largo plazo.
“Podría considerarse como el enemigo más conocido de la productividad, pero existen una serie de factores que la acompañan y que impiden que cualquier profesional promedio utilice su máximo potencial y trascienda en el día a día, que es a final de cuentas el propósito del alto desempeño.
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Enemigos del alto desempeño
A continuación, presentamos cinco enemigos del alto desempeño:
1. Malos hábitos
Los malos hábitos, desde los relacionados con la salud física, como comer mal, desvelarse innecesariamente, beber alcohol, fumar o no tomar suficiente agua, hasta los relacionados con la mente, como una falta de disciplina en las horas de trabajo, distracciones, procrastinación, etcétera; nos hacen perder el enfoque porque afectan la salud en todos los niveles; y por ende nuestro cuerpo estará más ocupado tratando de recuperarse de los excesos que concentrado en la tarea que tiene por delante.
2. Falta de confianza personal
La autoconfianza es una percepción personal positiva que destruye las creencias limitantes, y abre un mundo de posibilidades, oportunidades y experiencias transformadoras.
Para desarrollarla lo primero es tener una percepción positiva sobre las habilidades personales; además de tomar en cuenta las siguientes acciones:
- Elegir una actividad y poner manos a la obra, evaluar resultados, y mejorar lo que se tenga
- que mejorar.
- Salir de la zona de confort.
- Separarse de los sentimientos negativos.
- Practicar la meditación y el mindfulness.
- Vivir según los valores, es decir, ser auténtico.
- Disfrutar del proceso de cada actividad y experiencia, sin obsesionarse con el resultado.
3. Administración del tiempo
Establecer una adecuada y consciente organización de las actividades, en la que se incluyan descansos, periodos de alta productividad, así como momentos del día para atender pendientes menores; nos permitirá avanzar en nuestras actividades y proyectos sin sacrificar bienestar.
4. Poco nivel de influencia con los demás
Es usual que una persona con alto desempeño se convierta en líder o lideresa, ya que establece conexiones empáticas con sus compañeros y los motiva a alcanzar mejores resultados, así como apreciar el trabajo y el esfuerzo de cada miembro del equipo.
Esto crea una sinergia que permite mantener un buen nivel de comunicación, productividad, etcétera; por ello, es importante comenzar a escuchar a los demás, sus ideas, preocupaciones, y colaborar en conjunto para alcanzar mejores resultados.
5. Falta de concentración
Es común que durante el día nos encontremos con diversos distractores que hacen que perdamos la concentración y por consiguiente no logremos avanzar en nuestras actividades. Para esto, es necesario disminuir las distracciones, aprender a disfrutar del momento, establecer tiempo en la agenda para tareas de alta concentración, y hacer de esto un hábito.
El trabajo profundo o deep work, se caracteriza por ser un estado de concentración que lleva al límite a las capacidades cognitivas, lo que mejora las habilidades personales y crea estados de flujo en los que se trabaja con tanto involucramiento en una tarea que se pierde la noción del tiempo y por consiguiente se tienen un alto desempeño.
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