¿Cómo podemos hablar de bienestar sin tomar en cuenta nuestra voluntad y el pensamiento?
Lo estático aburre (...) Como animales humanos, la búsqueda del movimiento es quizá una premisa cotidiana, para otros una elección momentánea y, para otro tanto, un imposible, puro sedentarismo (...) Analízalo bien, será que... ¿Todo está conectado al movimiento?
Sería casi imposible pensarlo por separado. El bienestar parte de la voluntad del ser mental y físicamente hablando, es decir, están en juego estructuras y circuitos hormonales a nivel cerebral, que trabajan en conjunto. Con esta analogía, trabajan en equipo la voluntad y el pensamiento y, se traducen en movimiento. Lo estático aburre y, en la era de la jungla digital, el simple hecho de soltar el celular y salir a caminar ya conecta con pensamientos, ideas y lo más importante: darte el espacio de conectar hasta con tu intuición.
A lo que quiero llegar es a la necesidad vital del movimiento en los seres vivos. Como animales humanos, la búsqueda del movimiento es quizá una premisa cotidiana, para otros una elección momentánea y, para otro tanto, un imposible, puro sedentarismo.
Pero, ¿dónde está esa información? En el cerebro y los pensamientos, aunque se sienta cliché. El movimiento en sentido figurado y literal, aunado a lo que podemos compartir en comunidad y generar bienestar, basados en la valentía y en la convicción de ser mejores.
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Las herramientas están aquí, allá afuera y la voluntad en nuestra corteza frontal, por lo que el objetivo será oxigenar el cuerpo, la mente, pensar y accionar, con la fortuna de que el cerebro solamente utiliza un porcentaje de su rendimiento, así que, estadísticamente, lograr lo que nos proponemos y reprogramarnos tiene un mar de posibilidades.
Un sacudón para dejar de lado lo que no nos resuena y avanzar en lo que anhelamos desde lo más profundo de nuestro ser. Abrir la conversación con nosotros mismos, entender que en la acción está el milagro. Sin tomarlo desde el punto de vista religioso, lo mencionamos desde lo extraordinario, eso que ocurre cuando miras hacia adentro; te conoces más, te escuchas más e interpretas el camino con una intuición fina y despierta.
En la expresión tenemos la salida de muchos miedos que nos tienen atados, miedos que vamos cargando por generaciones en una mochila y, ¿sabes qué?, es momento de soltar; de bailar, aunque no tengas “ritmo”; de “cantar” aunque desafinemos; es momento de intentar lo que sueñas; de escuchar tu voz en un micrófono; de hablar en público o simplemente de mirarte al espejo, conversar contigo y serte fiel.
Entonces, ¿vamos a profundizar en preceptos sociales? Es necesario abrir los ojos y ser conscientes de lo que hemos aceptado; a lo mejor, ya no estamos de acuerdo y eso está bien. El cambio ayuda a tener otras perspectivas. Tomar la decisión de moverte en muchos sentidos es válida y necesaria: mover el cuerpo, cambiar esos pensamientos antiguos, romper patrones, mejorar tus hábitos, dejar ese trabajo que no te hace feliz; moverte.
Basta de latigarte, castigarte y ser indiferente, llegarán a tu cara las barreras y tendrás que trabajarlas. Desde una terapia, una caminata en el parque, despertarte con tu canción favorita, ir a una exposición, meterte a un grupo de teatro, escuchar un podcast que te ayude a ser mejor e inspirarte, armar una playlist, escribir, jugar con tu mascota; todo representa levantarte, a tu ritmo, respirando. Analízalo bien, será que… ¿Todo está conectado al movimiento?
Herramientas para co-crear tu realidad
Si esto te resuena, tienes la capacidad de curarte y sanar. El arte cura y tú, querido ser, eres arte.
Esta semana, regálate 20 min diarios, camina, baila o estira tu cuerpo. Empezar a intencionar el cambiar de posición e integrar el movimiento a tu rutina, hará en unos meses maravillas por tu salud mental y física.