Por: Dr. Francisco Suárez Hernández. Director de Asuntos Públicos y Relaciones Estratégicas FEMSA y Asuntos Corporativos Negocios Estratégicos y División Salud. Ex Presidente del Consejo del World Environment Center.
Correo electrónico: francisco.suarezh@gmail.com
La manera de medir el éxito económico de un proyecto o negocio es mediante el análisis de sus estados financieros y el balance neto de operaciones, y si revisamos la tendencia y el costo incremental que estamos teniendo que pagar por el costo de cambio climático, simplemente no es sostenible.
Como todo negocio sano tienes que dedicar un presupuesto relevante al mantenimiento de activos, y las preguntas son:
¿Creen que estamos realmente invirtiendo en mantener el planeta sano?
Trataré en la presente columna, con diferentes fuentes y estudios, irme desde nivel planeta hasta nivel de México en los costos e impacto que estamos pagando de manera reactiva.
¿Estamos conservando los activos ambientales que tenemos?
Sólo tengamos en mente estos datos impactantes:
Cada 24 horas arrojamos a la delgada capa de nuestra atmósfera, 162 millones de toneladas de contaminación causada por la actividad humana, esto dentro de muchas consecuencias nos arroja tener que combatir múltiples desastres naturales como el hecho que, desde mayo del 2010, se han producido 20 eventos de lluvias y tormentas calificadas como 1 en 1,000 años, solo en EUA.
Ahora todo esto tiene un costo y si nos vamos desde lo macro, según publicaciones del Foro Económico Mundial, el cambio climático le está costando al mundo 16 millones de dólares por hora, se estima que,
el costo global de los daños causados por el cambio climático será de entre 1.7 trillones y 3.1 trillones de dólares al año para 2050, esto incluye el costo de los daños a la infraestructura, la propiedad, la agricultura y la salud humana.
En los últimos 20 años, los fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo, como huracanes, inundaciones y olas de calor han costado unos 2.8 trillones de dólares y los autores del estudio, basados en la metodología Atribución de Eventos Extremos (EEA, por sus siglas en inglés), estiman que el costo de los daños por clima extremo de 2000 a 2019 promedió alrededor de 143 mil millones de dólares, lo que se desglosa en alrededor de 16.3 millones de dólares por hora.
Se estudiaron un conjunto de datos de 185 fenómenos meteorológicos extremos entre 2000 y 2019. Durante estos eventos, encontraron una red de 60,951 muertes humanas que podrían estar relacionadas con el cambio climático.
Datos e impacto local
El cambio climático costará hasta 3.2% del Producto Interno Bruto (PIB) a México en 2050, a través de los daños causados principalmente por los fenómenos como huracanes y tormentas, según un informe de la SCT y el Instituto Mexicano del Transporte.
Si volvemos a los términos financieros en nuestra región, “Pérdidas y daños” se refiere a los costos económicos y físicos a los que se enfrentan los países en desarrollo debido al cambio climático, muchos de estos países han hecho relativamente poco para causar el cambio climático, pero están experimentando olas de calor, inundaciones y otros desastres relacionados con el clima y obviamente con infraestructura limitada para soportar eventos extremos.
Las discusiones sobre pérdidas y daños ocupan un lugar central en la conferencia climática COP28 en Dubái, de este año, y cada vez son más las apelaciones para que los países más desarrollados intervengan financieramente para ayudar a los países en desarrollo con los esfuerzos de auxilio, la reparación de la infraestructura y la recuperación de eventos climáticos extremos.
Tenemos ejemplos en todo el mundo, desde islas y zonas en Asia Pacífico con alto impacto por las tormentas y huracanes, así como un ejemplo contundente es Pakistán, donde las lluvias extremas provocadas por una ola de calor que derritió los glaciares, inundaron casi un tercio del país en el verano de 2022, dejaron a las comunidades a la deriva durante semanas, más de 1,700 personas murieron, millones perdieron sus hogares y medios de subsistencia, y más de 4 millones de hectáreas de cultivos y huertos, así como ganado, se ahogaron o sufrieron daños. Y en esta cadena desastrosa de eventos, le siguió un aumento en los casos de malaria a medida que los mosquitos se reproducían en el agua estancada en la región.
Seguimos en un círculo vicioso con la gran pregunta:
¿La factura climática como la queremos pagar?
Y obviamente la transición de combustibles fósiles a renovables, tiene un gran costo y esfuerzo, pero ya estamos recibiendo la factura, no planeada y a la mala, de no hacer la tarea sostenible y aclaro si estoy en línea con que los principales países emisores de contaminantes paguen un porcentaje proporcional al impacto y el costo de mantenimiento del planeta, pero también está claro que cualquier país o ciudadano por más pequeño que sea su impacto, TODOS tenemos una huella ambiental que está sumando al daño permanente al planeta, así que te dejo con una reflexión:
El planeta es la casa de todos.
¿Cuál será tu contribución permanente sostenible?