India crece con Tata

Tata, dirigida por Natarajan Chandrasekaran, quiere hacer de ésta, la década de la India. Para ello, el conglomerado indio está enfocándose en el mercado local, crear fábricas de electrónicas y semiconductores e invertir en energía renovable, particularmente en paneles solares.

El último número del semanario The Economist publica un interesante reportaje sobre el redireccionamiento de las inversiones de Tata, uno de los conglomerados industriales más antiguos del mundo, compuesto por un centenar de empresas de varios sectores, como automóviles (desde el auto más económico, el Nano, ya descontinuado, hasta ni más ni menos que Jaguar Land Rover), comunicaciones y sistemas de información, acero, servicios, energía, bienes de consumo, químico, construcción, entre otros.

Tata se había enfocado en expandirse a otras partes del mundo. Se estima que en 2012, dos tercios de sus ventas estaban en el extranjero. El giro comenzó a darse con la reubicación de la producción estratégica y sofisticada lejos de China, el empleo creciente de energías renovables y una nueva política industrial del gobierno del nacionalista hindú Narendra Modi. Esto ha implicado una inversión estimada para los próximos cinco años de 90 mil millones de dólares, que no es poca cosa, aun para un gigante como Tata.

Hoy en día, Tata produce componentes para los iPhones de Apple en fábricas con paneles solares ubicadas en el sur de la India. Los planes del conglomerado incluyen vehículos eléctricos, productos electrónicos, baterías, energía limpia y chips. Por si fuera poco, acaba de adquirir Air India, la cual podrían fusionar con otras líneas aéreas y hacer de ella una aerolínea nacional fuerte, como Emirates o Lufthansa. De inicio, ha trascendido que podría adquirir 300 aviones.

Si todo va según lo planeado, las empresas de alta tecnología de Tata (electrónicos, semiconductores, vehículos eléctricos y paneles solares) podrían abarcar hasta la mitad del capital de Tata para 2027 y que alrededor del 77% de sus nuevas inversiones estén en India.

De acuerdo a The Economist, Tata era cautelosa en invertir en su propio país por la corrupción imperante, pero ha optado por una apuesta calculada hacia un negocio responsable y rentable, coincidente con las exigencias del desarrollo nacional y que, de funcionar, puede industrializar y digitalizar a la India.

Sin duda una apuesta que vale la pena seguir.

El fantasma de Frida Sofía

Cinco años han pasado de aquel terremoto que puso en evidencia la terrible corrupción estructural que privaba en la Ciudad de México en ese momento y la que todavía no se ha logrado revertir. La muerte de 19 infantes y siete mujeres en el colegio Rébsamen se convirtió en un símbolo de que las malas prácticas y la negligencia en la supervisión pueden arrebatar vidas, pueden acarrear desgracias.

Hoy recordamos que en ese momento, Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México, era en ese entonces la titular de la entonces delegación Tlalpan en donde se presentó la tragedia. Si se le pregunta sobre su grado de responsabilidad ella recuerda que los culpables de no haber cumplido con las normas ya se encuentran tras las rejas, empezando por Mónica García Villegas, directora del plantel, condenada a 31 años de prisión por homicidio culposo, y Juan Mario Velarde, el responsable de autorizar los documentos para que la escuela siguiera operando pese a saber que está tenía un sobrepeso. Él recibió una pena de 208 años por homicidio doloso.

Para Sheinbaum no hubo un castigo ni un señalamiento, ni siquiera fue llamada a declarar porque de acuerdo al subprocurador, Guillermo Terán Pulido, se hubieran vulnerado sus derechos humanos, ya que las construcciones que se realizaron ilegalmente al inmueble no tenían que ver con las atribuciones de los titulares de las demarcaciones.

Si bien es emblemático, no fue este el único caso de corrupción. Decenas de edificios se vieron afectados por la utilización de materiales defectuosos, por modificaciones en los proyectos estructurales, pero sobre todo por la codicia de muchos de los constructores.

La Comisión para la Reconstrucción de la Ciudad de México ha señalado que 22 mil viviendas resultaron afectadas en alguna medida por el temblor y que de estas por lo menos el 70% ya se resolvieron o cuentan con un gran avance para su rehabilitación. Se han invertido 7 mil 521 millones de pesos para la reconstrucción, restan 814 millones para ejercer la totalidad del gasto programado, cifra que será insuficiente.

Este lunes en punto de las 12 horas con 29 minutos, mientras se realiza el Simulacro Nacional 2022, el fantasma de Frida Sofía, la niña que nunca existió, recorrerá las calles en memoria de los que se fueron y cuyas familias reclamando pidiendo justicia.

TE PUEDE INTERESAR:

:IMCO 2022: inflación y corrupción ponen a México en últimos lugares de competitividad