Faltando menos de 48 horas para la realización de las primarias en New Hampshire, Donald Trump recibió un regalo inesperado. A falta de claridad sobre su futuro, su más cercano crítico y rival, el gobernador de Florida Ron DeSantis, se retiró de la contienda dejando como única adversaria de peso a la exembajadora ante la Organización de las Naciones Unidas, Nikki Haley.
Este martes, New Hamshire abre sus primarias a los aspirantes de ambos partidos, el demócrata y el republicano, siendo las de mayor interés estas últimas, ya que se da por descontado que Joe Biden habrá de repetir en las boletas por parte de los demócratas pese a los negativos que viene arrastrando ya desde hace meses en materia económica y migratoria.
Nikki Haley, también exgobernadora de Carolina del Sur, está urgida de un buen resultado que le permita mantenerse en la lucha, por una parte para así seguir recabando dinero por parte de los donantes que le permita llegar con vida a las primarias en su estado el próximo 25 de febrero, pero también para alargar los tiempos esperando que los fallos de los cuatro casos penales con denuncias por 91 delitos alcancen a Trump terminando por descarrilarlo, aunque aún con múltiples sentencias en su contra el magnate seguiría, de acuerdo a las leyes estadounidenses, siendo elegible.
Para los opositores de Trump, dentro del mismo partido, la única salida se encontraría en la aplicación de la sección 3 de la enmienda 14 que impide a quienes hayan “participado en una insurrección o rebelión” contra el país ocupar cargos federales y ese es el caso del expresidente, tras la violenta toma del congreso por parte de sus simpatizantes en enero de 2020 la que presuntamente habría instigado. Contra eso, de acuerdo a políticos y especialistas, una determinación a ese grado estaría impidiendo a los votantes estadounidenses hacer su propio juicio de los hechos reflejándolo en las urnas.
Trump llega a New Hamshire tras haberse alzado con un claro triunfo en el caucus de Iowa en donde obtuvo el 51% de los votos, muy lejos de DeSantis quien apenas alcanzó el 21% y de Haley quien sorpresivamente llegó a 19%. El magnate ganó en 98 de los 99 condados dejándole solamente uno a Haley, quien hoy apuesta todo a los independientes y no declarados como militantes de algún partido a sabiendas que se encuentra en un estado menos conservador lo que podría favorecerle entre los republicanos que apuestan por las caras nuevas. Hasta el viernes el 40% del electorado no estaba definido por ninguna de las dos fuerzas enfrentadas (demócratas y republicanos), por lo que técnicamente aún no hay nada decidido, aunque claramente con cada acusación en su contra Trump ha salido fortalecido.
Este cinco de noviembre los estadounidenses votarán por primera vez en una elección presidencial en la que se enfrentan dos candidatos que ya han ocupado el cargo, una elección que con diferencia de meses coincidirá con la de nuestro país y que seguramente se verá marcada por la agenda migratoria y de narcotráfico para los próximos años.
Escasez de agua en tiempos electorales
La escasez de agua es una de las amenazas mundiales que algunas regiones ya enfrentan en mayor o menor medida y con tendencia a agravarse. Un país que la padece es México, donde prácticamente sólo el sureste tiene resuelto el problema en un plazo más largo a comparación del resto del país. Tan sólo el año pasado fuimos testigos de la crisis del agua en Nuevo León o de conflictos entre campesinos y empresas por el líquido, como el que se vivió en la zona de Parras, Coahuila.
La advertencia a la Ciudad de México ha existido desde hace décadas, lo cual no ha obstado para que incremente su consumo, exista falta de mantenimiento en la infraestructura, al tiempo que disminuye la captación de aguas pluviales. De acuerdo a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el Sistema Cutzamala -que provee alrededor del 25% del agua que consume la CDMX-, se encuentra en los niveles más bajos de almacenamiento de toda su historia. El estiaje al que se hace referencia afecta particularmente a las Zonas Metropolitanas de la Ciudad de México y del Valle de Toluca.
Desde al año pasado se han registrado cortes de agua en municipios y alcaldías de ambas zonas metropolitanas. En el caso de la Ciudad de México, en mayor o menor medida han resultado afectadas todas las alcaldías, aunque con mayor impacto en el sur de la ciudad, sobre todo por la falta de presión para llegar a las partes altas, lo que ha generado protestas de vecinos afectados, e incluso venta de agua obtenida de manera ilícita, el llamado huachicoleo de agua, con tomas clandestinas y pipas identificadas en ambas entidades.
Tanto la gobernadora Delfina Gómez como el jefe de Gobierno, Martí Batres, han anunciado medidas para atender la crisis hídrica, y el tema obviamente se ha vuelto electoral, pues tanto Clara Brugada como Santiago Taboada ofrecen mejorar la disposición de agua, y los alcaldes de oposición con colonias afectadas arremeten contra el Gobierno de la Ciudad, cuando los culpables somos todos y la solución está en los mismos.
De acuerdo a investigadores de la Universidad Autónoma de México (UAM), para 2028, será insostenible el acceso y distribución del agua potable en la Ciudad de México. Se trata de un problema que será permanente y sin solución satisfactoria al 100%. Es decir, los racionamientos de agua llegaron para quedarse, y lo que sigue es que todos hagamos lo propio para ahorrar agua, y las autoridades modernicen la infraestructura actual.
Las promesas electorales deberían ser más aterrizadas en la realidad, para mayor conciencia de todos.