Urgido por poner sobre la mesa su propuesta para la elección del candidato presidencial de Morena, Marcelo Ebrard anunció que pospuso la presentación para este martes por la tarde, a petición de la dirigencia del partido, y adelantó que el próximo domingo se reúne el consejo nacional de Morena, donde “seguramente será tomada en cuenta” su propuesta.
Todos tienen claro que sólo dos van en serio por la candidatura: Claudia Sheinbaum, que tiene la confianza de ser la favorita, y Marcelo, que está haciendo todo lo posible por ganar la o las encuestas, aunque la pinza se está cerrando al mismo tiempo que no hay un proceso definido, lo cual hace que cada día se vea más difícil que sorprenda Morena con un resultado donde sea él el favorecido.
Muchas son las presiones para que el canciller renuncie al partido y busque la candidatura por Movimiento Ciudadano (MC), pues en la Alianza Va por México ya le cerraron las puertas a cualquier corcholata inconforme, y ni modo que los aludidos sea Sheinbaum o Adán Augusto.
Los comicios del domingo pasado dejan lecciones para pensar que hay más probabilidades de que Marcelo Ebrard se discipline, negocie y se quedé en Morena.
Primero, como el PRI de la década de los 90, la maquinaria morenista logró hacer ganar con más de 500 mil votos de diferencia a Delfina Gómez, pésima candidata y con credenciales impresentables, con la participación y abstencionismo acostumbrados en el Edomex, alcanzando a gobernar 21 entidades prestas para operar en el 2024.
Segundo, y ligado al despliegue territorial de Morena referido previamente, a Marcelo no le alcanza solo o aún yéndose a MC, y esa lección la deja el tercer lugar de Ricardo Mejía Berdeja en Coahuila, quien apostó a ser mejor candidato que Armando Guadiana, y a cuya fractura se atribuirá la derrota de Morena en el estado. Si es que negoció para no declinar, Mejía Berdeja tal vez alcance algún cargo que lo rescate en el gobierno de Manolo Jiménez, pero ya no tiene cabida en el partido gobernante.
Así las cosas, lo más probable es que Ebrard negocie posiciones para su equipo, decline estar en el gabinete y prefiera irse de coordinador de Morena al Senado -como factor clave en un congreso que veremos si alcanza la mayoría absoluta-, y sea el símbolo de unidad del partido en torno a una candidata que contará con todo para una elección de Estado a su favor.
Crisis en la televisora del Canal del Congreso de CDMX
Muy atento tendría que estar el secretario de Trabajo y Fomento al Empleo de la Ciudad de México, José Luis Rodríguez Díaz de León, a las acciones de su protegido, Diego Antonio Saturno García, quien pese a su nula experiencia en la materia, se desempeña como titular de un área estratégica dentro del Congreso de la Ciudad de México como es su canal de televisión.
Desde hace unas semanas la emisora vive un proceso complicado debido a que, frente a la escasa capacidad de gestión de Saturno, se vieron suspendidos los pagos de sus trabajadores. Lejos de resolver el problema mediante el diálogo con el área correspondiente, el titular, de forma inaudita, se declaró incompetente para dar solución al problema e incitó a la planta laboral a emprender acciones de presión contra el legislativo.
Contra los señalamientos que había hecho Saturno, los diputados se mostraron receptivos a las inquietudes de los trabajadores, en particular Martha Ávila, quien ofreció a éstos agilizar los pagos pendientes, así como la apertura de una mesa de negociaciones con la mirada puesta en los meses siguientes.
Inexplicablemente, en respuesta, Diego Saturno determinó, a título personal o no, sabotear el proceso iniciado despidiendo sin ninguna justificación a cuatro de los elementos que formaban parte del equipo negociador tratando de poner en entredicho el compromiso asumido por las y los legisladores.
Son muchas las razones por las que el titular de la televisora quisiera ver a las y los diputados muy lejos del área que le fue encomendada, razones que atraviesan por la contratación de “aviadores”; malos manejos presupuestales; una raquítica productividad; ausentismo y discrecionalidad en el uso de los “maltrechos” equipos del Canal en la cobertura de eventos ajenos al legislativo.
Muy atento tendría que estar el secretario del Trabajo y Fomento al Empleo y más en un asunto tan delicado vinculado a los derechos laborales de los trabajadores en donde hasta hace unos meses legisló, se viene la recta final del sexenio y su buen nombre podría terminar empañando; si es “cuota” más le valdría deshacerse de Saturno no vaya a terminar saliéndole más caro el caldo que las albóndigas.
