La sextorsión ocurre cuando una persona amenaza a otra con publicar en redes sociales u otros medios, fotografías o videos con contenido sexual sin el permiso del agraviado. Esta práctica ya es tipificada como un delito, sin embargo, con el uso de la Inteligencia Artificial (IA) ha escalado a proporciones nunca antes vistas.
Incluso, el Buró de Investigaciones de Estados Unidos (FBI) emitió una alerta en la que advierten al público sobre el uso de tecnología para crear imágenes o vídeos apócrifos. En ellos se muestra a diferentes personas mostrando su cuerpo o insinuando acciones íntimas.
Armados con ese tipo de materiales distintos delincuentes extorsionan a distintas personas y para poder obtener beneficios económicos.
¿Cómo acceden los criminales a la identidad de sus víctimas?
De acuerdo con la agencia estadounidense, los materiales en los que se basa la IA para crear contenido sexual explícito son extraídas de las redes sociales de la persona que será atacada.
Muchas de las víctimas, entre las que se encuentran menores de edad, no son conscientes de que sus fotografías han sido utilizadas hasta que un conocido les comenta que vio material con contenido sexual protagonizado por ellos o ellas.
A partir de abril de este año el FBI ha sido testigo de cómo han aumentado las víctimas de sextorsión que informan que han circulado por la red, fotografías sexuales con su rostro en ellas.
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Casos de sextorsión conocidos
El mes pasado la famosa cantante de género urbano, Rosalía, denunció que fue víctima de sextorsión.
Al respecto, la intérprete expresó su desaprobación ante aquellos hechos en Twitter.
“Ir a buscar fama faltando el respeto y sexualizando a alguien es un tipo de violencia y da asco, pero hacerlo por 4 plays de más lo que da es pena”.
Sin embargo, ella no ha sido la única que sufrió ese tipo de ciberataque. En su página oficial, el FBI relata el caso de una adolescente de 13 años que también sufrió las consecuencias de un ataque de sextorsión.
Presley, el caso de una adolescente víctima de sextorsión
Presley, cuyo nombre real no es revelado, solía mensajear con un amigo a través de la red. Su amistad se hizo tan profunda que la chica y su conocido comenzaron a mandarse fotografías mostrando su día a día.
Lo que ella no sospechó nunca es que la persona con la que realmente hablaba no se trataba de un adolescente. Más bien se trataba de un hombre llamado Justin Richard Testani quien utilizó las imágenes para generar material con contenido sexual.
Después de la creación de las fotografías apócrifas, el criminal comenzó a amenazar a la chica con distribuir las piezas entre sus amigos y conocidos.
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Las demandas y amenazas escalaron rápidamente a partir de ahí. Según los investigadores del FBI, Testani le dijo a Presley que la violaría y mataría a ella y a sus seres queridos si no realizaba los actos sexuales a través de una videollamadas.
Ante este tipo de abusos, la adolescente comenzó a idear su suicidio. Sin embargo el delincuente evitó que lo hiciera a través de mensajes en donde le recordaba que sabía cuál era la dirección de su madre. Por lo tanto, si acababa con su vida, le haría daño a su familia.
Ante ese escenario, Presley no tuvo más remedio que pedirle ayuda a su madre y denunciar al criminal. En su post, la agencia federal de Estados Unidos no hace mención de los años que cumpliría como sentencia en prisión el extorsionador, aunque comenta que “refleja la cantidad de niños a quienes lastimó de esa manera”.
