La tasa de interés en México se encuentra en niveles históricos y la Junta de Gobierno del Banco de México mantendrá este tono hasta que la inflación regrese a su meta objetivo del banco central.
Algunos de los factores que han intervenido en el aumento de la inflación han sido la guerra entre Ucrania y Rusia, la cual hizo que los precios energéticos y de los alimentos aumentaran, así como la desaceleración económica por la pandemia de COVID-19.
De acuerdo con Banxico se pronostica que la inflación seguirá al alza hasta el tercer trimestre del 2023, aunque este escenario está sujeto a la persistencia de la inflación subyacente debido a la pandemia, la elevación de costos agropecuarios y energéticos por conflictos geopolíticos, la depreciación cambiaria y las presiones de costos.
Aunque parezca lejano, este tipo de decisiones tomadas por el organismo autónomo encargado de preservar el valor de la moneda mexicana también afecta a la ciudadanía.
Uno de los principales retos a los cuáles se enfrentarán los mexicanos será al aumento de los costos de créditos, esto porque la relación entre la tasa de interés y el pago de intereses (por créditos personales, bancarios, hipotecarios, etc) es directamente proporcional: entre mayor sea el índice del primero, mayor costo será el del segundo.
Aunque no todo es malo. Si tu crédito tiene tasa de interés fija, el alza en este índice no afectará tu bolsillo, sin embargo, con una tasa de interés variable gastarás una mayor cantidad de dinero. Esto debido a que la segunda está sujeta a los intereses del mercado, los cuáles son variables.
A pesar de que parezca contradictorio, esta medida busca hacer que los mexicanos ahorren más porque con el aumento de tasas será menos atractivo comprar productos a crédito.
Alternativas de ahorro
De acuerdo con BBVA actualmente no existe algún producto que asegure un rendimiento igual o superior al nivel de inflación que no conlleve algún riesgo, sin embargo, la banca ofrece alternativas con las que puedes obtener rendimientos mínimos pero seguros.
Entre las opciones ofertadas, se encuentran los pagarés, los fondos de inversión de deuda, los fondos de renta variable y los instrumentos de deuda de gobierno.
1. PAGARÉS
Con esta primera opción podrás establecer el plazo en el cual quieres recaudar tu dinero y el rendimiento que obtendrás. Esta forma de ahorrar es segura debido a que los pagarés son ofrecidos por instituciones y puedes comenzar a invertir con un capital de mil pesos. Utilizando esta opción no tendrás ningún riesgo de perdida de capital.
2. FONDOS DE INVERSIÓN DE DEUDA
Los fondos de inversión de deuda se componen de diferentes instrumentos como bonos y valores; aunque generan un rendimiento menor a la inflación. El mecanismo de esta herramienta es simple: tú le prestas dinero a un inversionista, pero la diferencia entre hacerlo de forma privada es que aseguras el retorno de tu capital.
3. FONDOS DE RENTA
Para sacar el mayor provecho de los fondos de renta variable deberás tener conocimiento de cómo se comportan las acciones de las compañías nacionales e internacionales, debido a que, de no hacerlo, podrías enfrentarte a una fuerte pérdida de tu inversión.
Los especialistas recomiendan tener conocimiento del manejo de la operación de este producto y ser consciente del riesgo que conlleva apostar tu dinero a una empresa cuyas acciones podrían verse seriamente afectadas de un día para otro.
4. CETES O INSTRUMENTOS DE DEUDA
Las cetes o instrumentos de deuda de gobierno es la forma en la cual las instituciones de carácter federal recaudan fondos a un plazo determinado y que generan rendimientos para quienes decidan invertir en ellos.
La ventaja de este producto es que cualquier persona puede invertir en él a través de la página de cetesdirecto y que ofrecen tasas similares a las de la inflación, aunque con un plazo muy largo (que pueden ser años), por lo que disminuye la liquidez del ahorro.
Sura, compañia de servicios financieros, ofrece un ejemplo al respecto: “En 2020 la inflación anualizada en México fue de 3.15% y los rendimientos de los CETES a un plazo de 365 días, en enero de 2020, fue de 6.97%. Si le descontamos la inflación a los rendimientos, solo queda un 3.82% de rendimientos”.