El financiamiento es esencial para mantener las operaciones y el crecimiento de muchas empresas, en especial cuando se trata de los activos productivos que permiten la producción de bienes o la prestación de servicios (maquinaria, equipo y tecnología). Por fortuna, cada vez hay más opciones, entre las cuales destacan productos como el leasing o el crédito empresarial.
Conocer los detalles y ventajas de cada una de las fuentes de financiamiento de activos disponibles en el mercado es la mejor manera de tomar una buena decisión:
1. Compra directa
Es una de las opciones ideales cuando se trata de bienes de larga vida útil, baja depreciación y poca necesidad de renovación. Sin embargo, debemos asegurarnos de que la empresa cuente con la liquidez suficiente para realizar la compra sin descapitalizarse ni comprometer el capital.
De lo contrario, aumenta el riesgo de insolvencia y podemos terminar con las operaciones detenidas, no por falta de activos productivos, sino por carencia de recursos para financiar las obligaciones diarias.
2. Crédito empresarial
Sin duda, uno de los productos financieros más populares en el mundo empresarial. Generalmente, nos otorga el dinero para comprar los activos que requerimos y lo saldamos en pagos periódicos. Estos activos pasan a ser propiedad de la empresa, pero quedan en prenda de garantía.
Es una muy buena opción siempre que contemos con capacidad de endeudamiento y los bienes a comprar no sufran depreciaciones muy altas. A la hora de contratarlo, debemos asegurarnos de que la tasa de interés sea favorable y cuente con esquemas de pago flexibles que se adapten a las necesidades de la empresa.
3. Arrendamiento financiero
Se trata de un arrendamiento de activos en el que, al finalizar el contrato, podemos ejercer el derecho de compra realizando un pago simbólico. El financiamiento es antes de IVA (no lo asume la empresa) y las rentas las pagamos de forma mensual o trimestral, con la posibilidad de deducir del ISR los intereses asociados, así como la depreciación.
Es una opción de financiamiento ideal cuando se trata de activos que no requieren ser renovados con frecuencia y tienen una larga vida útil, porque nos permite adquirirlos de forma rentable y en función de nuestra capacidad de pago mensual, sin incurrir en deuda financiera como tal.
4. Leasing o arrendamiento puro
Al igual que en el arrendamiento financiero, el leasingle permite a nuestra empresa arrendar los activos productivos y usarlos durante un tiempo determinado, a cambio de una renta. Sin embargo, ofrece mayor flexibilidad al finalizar el contrato, pues brinda tres opciones:
Además, a nivel fiscal, nos permite deducir el 100% de las rentas. En ese sentido, el leasing es una opción flexible para acceder a activos sin realizar grandes inversiones.
Para adquirir activos esenciales en una empresa, es crucial evaluar estas opciones y definir prioridades. Una elección informada es la clave para seleccionar el mejor método de financiamiento para las necesidades de cada empresa.