Designar a un jefe de personal es un primer paso fundamental para cualquier CEO que busque tomar decisiones de liderazgo impactantes. Pero un ejecutivo que simplemente utiliza a su jefe de personal como un par de manos administrativas extra corre el riesgo de perder oportunidades de transformación significativas. La decisión crítica de posicionar a un jefe de personal como un verdadero socio ejecutivo, cuando se ejecuta bien, puede ser una inversión audaz que impacte en el legado de un director ejecutivo.
Basándome en mi propia experiencia como jefe de personal de un futuro unicornio de Serie A y en mi trabajo actual de coaching y colocación de estos profesionales, he visto de primera mano que los jefes de personal de hoy actúan como amplificadores de liderazgo. Ocupan una posición única en la parte superior del organigrama, donde pueden operar en todos los equipos sin verse agobiados por la gestión directa de un departamento. Esta libertad les permite proteger a sus directores ejecutivos de las distracciones y garantizar que se concentren en el trabajo que realmente importa: sus fortalezas, visión y toma de decisiones únicas.
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Un secreto a voces y una ventaja injusta
Entender y definir el rol sigue siendo un desafío. Como dijo un ex socio de Andreessen Horowitz, nombrar a un talento que susurra a los directores ejecutivos como uno de los primeros jefes de personal de la empresa tenía sentido “porque nadie sabía lo que eso significaba”.
He visto esta asimetría de comprensión de primera mano en cientos de conversaciones con ejecutivos. Para Jamie Hodari, director ejecutivo y cofundador de Industrious, un jefe de personal es una necesidad clara. “¿Quién no querría estar en dos lugares a la vez? La mejor relación de jefe de personal permite exactamente eso”. Sentado junto a su sexto jefe de personal desde que fundó su empresa, Hodari me dijo: “Nunca me he encontrado con un problema difícil en el trabajo en el que dos personas inteligentes tratando de analizarlo no fuera preferible a una sola”.
Pero también he hablado con directores ejecutivos a quienes se les ha dado la visión equivocada de que este puesto es simplemente un rol administrativo con un título elegante. Cerrar esta brecha de conocimiento ejecutivo promete tantos beneficios que McKinsey y BCG han intensificado su liderazgo de pensamiento en torno a este rol en recientes libros blancos y podcasts.
Christie Horvath, directora ejecutiva de la empresa de cuidado de mascotas Wagmo, dice que ve a su jefe de personal como una extensión de su propio cerebro. El jefe de personal de su equipo asume “tareas que no se pueden delegar a otros departamentos; a menudo son iniciativas dirigidas por el director ejecutivo en las que el jefe de personal debe operar como un verdadero socio estratégico, no solo como un gerente de proyectos”.
Dar rienda suelta a los líderes emergentes
He visto a jefes de personal a quienes directores ejecutivos inteligentes les encomendaron todo tipo de iniciativas importantes. Estos pueden incluir proyectos como:
- Liderar el proceso de contratación para otros puestos de nivel C
- Planes de gestión de grupos de interés y ritmo de negocios de toda la empresa
- Reemplazar y hablar en nombre del CEO en reuniones de alto riesgo
- . . . todo ello con poca o ninguna orientación.
Sus trayectorias profesionales a menudo poco comunes (que abarcan disciplinas como la consultoría, el derecho y el desarrollo de productos) también capacitan a los jefes de personal para aportar perspectivas nuevas y externas que de otro modo no aparecerían en las reuniones de liderazgo ejecutivo. Y aunque el 75 % de los jefes de personal apoyan a los CEO, muchos otros trabajan con los directores financieros, los directores de recursos humanos o los jefes de departamento, adaptando su experiencia al alcance del líder.
Cómo se ve realmente la verdadera ambición
Contratar para un socio, no para un puesto
Una mano derecha de confianza puede crear un nuevo valor que incluso el CEO o la junta directiva podrían no ver.
Si bien el puesto suele nivelarse como un puesto de gestión media, el jefe de personal es uno de cada en la jerarquía corporativa y reporta directamente a un jefe varios niveles más alto. Estas personas tienen salarios competitivos incluso en un mercado laboral difícil, lo que refleja los rigores del puesto.
Vemos esto en los datos de nuestro informe de compensación más reciente de Ask a Chief of Staff: en comparación con los datos de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU., los salarios promedio de los jefes de personal en todas las industrias son aproximadamente un 49 % más altos que las últimas cifras de salario medio para gerentes generales y de operaciones.
Al asumir la industria del cuidado de mascotas de $150 mil millones como un dúo de liderazgo con su jefe de personal, Horvath compartió conmigo que “una gran parte de lo que hace que esta asociación sea exitosa es la “química”: la facilidad con la que mi jefe de personal puede anticipar lo que imagino. La clave es contratar a alguien que complemente su conjunto de habilidades y refuerce las áreas en las que es menos efectivo, en lugar de duplicar sus fortalezas”.
La lección más importante para los directores ejecutivos es que este rol no es simplemente un puesto, es una asociación. Dar poder a un jefe de gabinete como un verdadero socio de alto nivel es una decisión audaz y orientada al futuro, que requiere el mayor grado de autoconciencia, confianza y adaptabilidad por parte de un director ejecutivo.
Artículo escrito por Clara Ma.
Publicado originalmente en Fast Company.
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