Guillermo del Toro es uno de los directores más populares en la industria del séptimo arte, gracias a su talento y a las historias de terror y fantasía que le ha entregado al mundo, además, su personalidad ha hecho que se gane el corazón de millones de seguidores.
Por ejemplo, en 2017 se hizo viral una anécdota que pasó en el set de la película, Titanes del Pacífico. En ese momento, el director trabajaba con la actriz infantil, Mana Ashida, quien, al no poder pronunciar correctamente el apellido del tapatío, comenzó a llamarlo “Totoro-san”.
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La calidad del trabajo del tapatío es legendaria, ya que, a pesar de que su próxima película, Pinocchio, se estrenará en diciembre de este año, el sitio de crítica cinematográfica, Rotten Tomatoes ya le dio una calificación del 100%.
Además, con el estreno de El Gabinete de Curiosidades de Guillermo del Toro, a través de Netflix, este personaje volvió a ganar popularidad, sin embargo, antes de disfrutar del éxito, el cineasta tuvo que enfrentar algunos retos.
Guillermo del Toro: Romper el esquema familiar
Federico del Toro fue el padre del director mexicano , un reconocido empresario que se dedicaba al comercio de automóviles en Jalisco. Su éxito era una de las principales razones por las que quería que su hijo continuara con su negocio.
Sin embargo, el cineasta reconoció que el mundo de las ventas no era para él, ya que prefería dedicar su tiempo a modelar monstruos con plastilina y grabar algunos vídeos.
Esta fue la primera vez que el destino puso ante del Toro un reto importante para su carrera y para su carácter, ya que al seguir su sueño estaba dejando al lado la oportunidad de insertarse en un mercado que ya había conquistado su padre.
Rechazar a Harry Potter
Otro punto decisivo en la carrera del tapatío fue negarse a dirigir la tercera película de la saga de uno de los magos más reconocidos en todo el mundo, Harry Potter y el prisionero de Azkaban.
Esta noticia se reveló en 2007, en ese momento el público de del Toro no entendió las razones que llevaron a su héroe a tomar esa decisión, sin embargo, posteriormente se dio a conocer la razón de este desaire: la historia del mago no encajaba con la visión del mexicano.
Hace 5 años el cineasta jalisciense reveló que se arrepintió de tomar esa decisión, a pesar de ello, continuó siendo fiel a su visión creativa, lo que ha hecho que con el paso del tiempo su público reconozca su inconfundible sello en la pantalla.
Filmar durante pandemia
La pandemia por COVID-19 hizo que el mundo se quedara en casa durante 2020 y 2021, por lo tanto la industrias tuvieron que cambiar su forma de trabajo, eso afectó también a la industria del entretenimiento y del Toro resintió estos efectos.
En 2021 se estrenó su película, El callejón de las almas perdidas, por lo que su rodaje se llevó a cabo un año atrás, esto hizo que los actores tuvieran menos horas disponibles para estar en el set, por lo tanto algunos de sus horarios no eran compatibles para grabar.
Incluso el cambio de los sets tuvieron que realizarse de forma segura y salubre, casi como si fuera un quirófano.
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Salubridad, esa fue la palabra clave durante ese periodo, por lo que el director tuvo que ser el doble de creativo para disminuir al máximo el riesgo de contagios en la filmación para lograr su misión: entregar a su audiencia una película con su sello.
