El estrés laboral no es solo una sensación pasajera de agotamiento, es una amenaza real para las organizaciones mexicanas y su talento. De acuerdo con el estudio “Impacto del estrés laboral en los colaboradores” de OCC, más del 51% de los trabajadores en México lo padecen, pero el dato realmente alarmante es que el 90% de ellos considera que este factor inside en su decisión de buscar un nuevo empleo y, no solo eso, sino que un 30% ya ha renunciado debido a ello.
¿Por qué ocurre esto? Las razones son evidentes y preocupantes: un desequilibrio entre vida personal y laboral, exceso de horas de trabajo y liderazgo inadecuado. Los datos que nos arroja este estudio no son solo números, son alertas de miles de empleados cuyas condiciones laborales están erosionando su salud física y mental.
Sin embargo, el problema no solo recae en los colaboradores. Las empresas también sufren las consecuencias de este enemigo silencioso: desmotivación, disminución en la calidad del trabajo y un impacto directo en su productividad y competitividad. En un entorno donde atraer y retener talento es cada vez más complicado, el estrés laboral se convierte en un lastre difícil de ignorar.
David Centeno, Subdirector de Planeación Estratégica de OCC, lo resume de manera contundente: “Ignorar el estrés laboral afecta la retención del talento y el desempeño organizacional”. Y tiene razón; las empresas que cierren los ojos ante esta realidad se arriesgan a pagar un precio alto, no solo en rotación y costos de reclutamiento, sino también en reputación como empleadores.
¿Qué esperan los trabajadores? No se trata de exigir lo imposible. Un 60% de los encuestados pide un balance más saludable entre la vida laboral y personal, un 34% busca ser reconocido por su esfuerzo y un 33% requiere acceso a apoyo psicológico, demandas que me parecen razonables y alcanzables si se implementan estrategias efectivas.
La pregunta que las empresas deben hacerse no es si pueden permitirse invertir en el bienestar de sus colaboradores, sino si pueden permitirse no hacerlo. Priorizar un liderazgo consciente, horarios flexibles y recursos para el manejo del estrés no es solo una medida responsable; es una inversión en el futuro de la organización.
El estrés laboral es un desafío, sí, pero también una oportunidad para que las empresas mexicanas den un paso al frente y se conviertan en líderes del cambio. En un mercado tan competitivo, la salud de los colaboradores puede ser el diferenciador entre una empresa estancada y una que prospere.
Internet al alza; TV abierta, se mantiene; radio, a la baja
Plataformas y redes sociales de Internet siguen desplazando a la televisión abierta. En promedio, las personas en México consumen diariamente 3 horas viendo contenidos audiovisuales por internet y 2.3 horas para ver canales de televisión abierta, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales (ENCCA) 2024 del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).
Mientras que en 2015 el porcentaje de quienes veían contenidos audivisuales en internet era de 26 %, en 2024 fue de 55 %, consumiendo material de entretenimiento en su mayoría: 53 % películas, 41 % series, deportes y videos musicales 23 % cada uno. El 74 % de los encuestados ven canales de televisión abierta, de los cuales 50 % prefiere sintonizar noticiarios, 46 % películas y 33 % telenovelas. En cuanto a canales exclusivos de televisión de paga, su consumo se ubica en 24%, con películas, series y deportes como los géneros favoritos. Las plataformas digitales más utilizadas son YouTube, con 66%; Netflix, 32%; TikTok y Facebook, 29% cada una, y Disney+, 13%.
En cuanto a la radio, sólo 33% de las personas entrevistadas la escuchan y destinan para ello 2.9 horas promedio al día. De los radioescuchas, 74 % sintoniza estaciones de FM y sólo 11 % de AM. Los contenidos favoritos en este rubro son música, 82 %; noticiarios, 40 % y deportes, 13%.
Específicamente sobre consumo de noticias, el 72% de las personas entrevistadas dijo ver o escuchar noticias, de los cuales 61 % dijo hacerlo por canales de televisión abierta; 35 % por redes sociales y 15 % en estaciones de radio.
En cuanto a videojuegos, 24% dijo jugarlos, 76 % a través de teléfono celular y 32 % de consolas de videojuegos. 57 % juegan en línea, de los cuales 88% juega o interactúa con otras personas.
Por cierto, esta será la última Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales que realice el Instituto Federal de Telecomunicaciones, pues con la desaparición de los órganos autónomos sus operaciones pasarán a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, más específicamente a la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones. Ojalá este estudio, que casi llega a la década de realizarse anualmente, pueda continuar y ahondarse, considerándose conveniente que dicha responsabilidad quede en el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).
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