Durante la pandemia de covid-19 y con los cambios de hábitos en materia laboral, quedó al descubierto que no hay prestación más valiosa que el tiempo libre. Dentro de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), los mexicanos son lo que más horas trabajan y los que gozan de menos vacaciones, un hecho que afirman los especialistas impacta en el rendimiento y que tarde o temprano genera problemas de salud.
Partiendo de esta premisa a inicios del mes pasado el Senado aprobó por unanimidad una iniciativa para duplicar el número de días de vacaciones con las que cuentan los trabajadores pensando que este estímulo se encuentra correlacionado con un incremento en la productividad como se ha visto en gran parte del continente europeo.
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Aquí cabría decir que esta prestación no ha sido modificada en más de medio siglo. De hecho, desde la promulgación de la Ley Federal del Trabajo en 1970, en gran parte por los costos que representa para la industria, de acuerdo a las organizaciones empresariales con un impacto de hasta 4%, erogación que difícilmente pueden soportar las micro y pequeñas empresas que carecen de recursos para cubrir los sitios vacantes.
La iniciativa se encuentra ya en la Cámara de Diputados en donde se da por hecho que habrá de quedar tal y como la enviaron los senadores con una salvedad: los asalariados contarán con un periodo de doce días de vacaciones después del primer año de trabajo dividido en un periodo de seis días continuos y el tiempo restante a negociar con los empleadores, lo que no deja conformes a muchos de los legisladores ya que genera una ambigüedad que en algún momento podría privar a los trabajadores de ejercer libremente este derecho.
Después del primero se agregarían dos días cada año subsecuente hasta alcanzar los 20 días y a partir del sexto año el incremento sería de dos días adicionales por cada cinco años de servicio.
Del acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo el tiempo óptimo de descanso son 18 días, número muy superior al que hoy se otorga, lo que de acuerdo a la exposición de motivos genera fatiga y estrés laboral entre la mayoría de los asalariados.
Tan pronto como el próximo primero de enero, podría entrar en vigencia la reforma, para lo cual tendría que ser aprobada por los diputados y ser enviada al Senado antes del 15 de diciembre para su ratificación, fecha en la que termina el periodo ordinario de sesiones.
Cada vez más lejos el despegue de Interjet
Al mediodía del viernes pasado, elementos de la Marina -institución que tiene a su cargo la administración del AICM-, recuperaron los mostradores de Interjet de la Terminal 1, los cuales tenían ocupados los trabajadores sindicalizados que se encontraban en huelga desde enero del 2021. Se habló de desalojo de trabajadores, cuando en realidad sólo se encontraba una persona en el lugar, el cual se retiró pacíficamente.
Siempre activo en redes sociales, Carlos del Valle, director ejecutivo de Interjet e hijo del dueño, Alejandro del Valle, subió un video en Facebook donde se congratuló de la desocupación de los mostradores, señalando que la Marina “resguardó” las instalaciones y que “están próximos a volar”.
Ya en la inauguración del AIFA en marzo pasado, Carlos del Valle había anunciado en Twitter que Interjet volaría desde ese aeropuerto con destino a Cancún y Tijuana, eso sin contar con otros vuelos que tendría desde el AICM y Toluca ¿Y el conflicto laboral? Estaba prácticamente resuelto, dijo, e incluso alardeó de que habían sido invitados a llevar el primer avión a Santa Lucía, pero no se pudo por falta de tiempo.
Mientras tanto, Alejandro del Valle, quien seguramente está arrepentido de haber comprado la aerolínea a Miguel Alemán Magnani, se mantiene alejado de los reflectores, luego de que en octubre saliera libre del Reclusorio Oriente, donde estuvo cinco meses por una orden de orden de aprehensión en su contra por los delitos de violencia familiar y abuso sexual agravado, supuestamente contra sus hijos menores de edad, delitos que no fueron acreditados.
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Ya en 2021 estuvo también detenido por fraude, aunque en ese caso logró su libertad bajo fianza.
Casi dos años de huelga y en concurso mercantil desde agosto pasado. Interjet tiene un adeudo fiscal de casi 30 mil millones de pesos. Debe a sus más de 5 mil empleados por lo menos cuatro meses de sueldo, vales de despensa y aguinaldo. Más de 12 mil viajeros afectados por la suspensión de los vuelos están en espera de ser indemnizados.
Algo ha de saber Carlos del Valle que las autoridades aeronáuticas, laborales, mercantiles y todo el mundo desconocen, como para imaginar que Interjet va a volver a despegar.